
AUTOR: Fran Álamo
Estaremos de acuerdo cuando afirmamos que dos de los principales motivos por los que un usuario se adentra en una clase de ciclismo indoor son el entrenamiento y la diversión. El problema es cuando parece “imposible” realizar las dos cosas al mismo tiempo. Tanto es así, que hay dos corrientes muy marcadas en el ciclismo indoor, tanto como si fueran actividades diferentes:
Entrenamiento en ciclo indoor
Se caracteriza por realizar un entrenamiento seguro, efectivo, individualizado (dentro del grupo), con sesiones planificadas e intentando ser fieles al ciclismo de exterior en el interior con un fin de mejora del individuo. Las características principales que nos podemos encontrar en esta “corriente” son:
- Sesiones estructuradas en terreno e intensidad dentro de una planificación general (diaria, semanal, mensual y anual) con un calentamiento, parte principal y vuelta a la calma con una duración adecuada.
- Trabajo de la técnica correcta, tanto de pedaleo como de postura encima de la bicicleta.
- Se ajusta la bicicleta a los alumnos, se les dan opciones y herramientas para que alcancen sus objetivos de forma segura, dándoles soporte personalizado siempre que sea necesario.
- Control de la intensidad mediante percepción de esfuerzo, frecuencia cardiaca o trabajo por potencia. En algunos casos con apoyo audiovisual para mayor control.
- Test de potencia y/o lactato en determinados momentos de la temporada para poder evaluar la progresión del individuo y reajustar las zonas de entrenamiento.
- La música es una herramienta para conseguir un fin (cadencia, trabajo en la intensidad adecuada, mejora de la técnica, etc).
Diversión en ciclismo indoor
En este “tipo” de sesiones prima el entretenimiento y el espectáculo por encima de todo lo demás, la planificación tanto de la sesión como de la temporada suele ser escasa o nula. Podemos detectar que estamos en una clase de este tipo cuando:
- Las clases tienen escasa o nula planificación, tanto por sí mismas como relacionadas entre ellas.
- Se pasa “de puntillas” en aspectos técnicos como el ajuste de la bicicleta, la técnica de pedaleo , seguridad, control, etc
- Prima el entretenimiento y la diversión, utilizando como recurso los movimientos coreografiados (incluso con la toalla) y lo que es peor, en algunas ocasiones en técnicas contraindicadas (bloqueos, fondos, trabajos con mancuernas, etc)
- La música se convierte en una prioridad, el instructor ejerce mas de DJ que de entrenador, dando prioridad absoluta a la música por encima de cadencias y estructuras.
- Hay escasas o directamente inexistentes alusiones a las zonas de intensidad, ni por percepción de esfuerzo ni mucho menos por frecuencia cardíaca o potencia. Las indicaciones vienen determinadas por la posición en la bici (arriba o abajo) y la intensidad por “cuartos de vuelta de resistencia” o por “aprieta que puedes más”.
- El apoyo audiovisual en este caso gira en torno a imágenes espectaculares y luces de colores.
- Todo gira en torno a la música, la motivación y los movimientos coreografiados, por lo que a la larga suele ser bastante repetitivo.
Descritas las características de una y otra “corriente” de ciclismo indoor, podemos determinar que utilizando el entrenamiento, vamos a realizar la actividad de una forma más segura, con un ajuste correcto en la bicicleta, una técnica de pedaleo adecuada, utilizando unas zonas de entrenamiento adaptadas a cada individuo y con una planificación durante la temporada que me va a hacer mejorar mi condición física.
Por el contrario, utilizando exclusivamente la “corriente” de la diversión, puede ser que el ajuste de la bicicleta no sea el correcto, mi técnica de pedaleo sea deficiente, no trabaje en las zonas de intensidad adecuada, que realice movimientos contraindicados y por lo tanto no solo no mejore mi condición física, sino que pueda llegar a empeorar o a lesionarme.
Después de lo expuesto,
¿Qué lleva a un instructor a trabajar exclusivamente enfocándose en la diversión?
Normalmente la justificación es que entrenar es muy aburrido o que solo dar pedales es muy aburrido, esto último se daba mayoritariamente en los inicios de la actividad cuando se reciclaba a instructores de otras actividades coreografiadas como el Aerobic. Otra justificación es que planificar el entrenamiento y controlar las zonas de entrenamiento es solo para profesionales (cuando precisamente los alumnos con menor nivel de condición física o con patologías son los que mas controlados deberían trabajar).
Lo cierto es que realizar una sesión segura, estructurada, planificada en el tiempo, con opciones para que todos los alumnos de la clase consigan su objetivo, que la música cuadre con todo lo anterior y con un soporte audiovisual que marque todo lo anterior, conlleva muchísimo trabajo y mucha formación y no todos los instructores/instalaciones están dispuestos a asumirlo.
La gran pregunta es: TÚ, ¿ENTRENAS O TE DIVIERTES?
Y la respuesta debería ser: ¿Y POR QUÉ NO LAS DOS?
Como iniciábamos este artículo, parece que por alguna extraña razón no se pueden mezclar ambas cosas, si entreno, no me divierto y si me divierto no entreno.
Lo ideal es coger lo mejor de cada “corriente”. Trabajar de forma planificada y con buena música. Que el alumno tenga opciones, esté ajustado correctamente en la bicicleta y que reciba buena motivación por parte del instructor. Que la variedad de la sesión no la dé una coreografía o prácticas lesivas, sino estructuras y recursos (relevos, pirámides de trabajo, circuitos, trabajos musicales, trabajos de técnica de pedaleo, etc).
Un buen resumen sería utilizar el sentido común (muchas veces el menos común de los sentidos).
Yo lo tengo clarísimo e intento hacerlo así desde que soy instructor, que mis alumnos entrenen y se diviertan haciéndolo, pero sobre todo que mejoren, progresen y no se hagan daño.
¿TE VIENES A DIVERTRENAR?
Fran Álamo
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